Parte sustancial en la organización de las elecciones es la capacitación electoral a los ciudadanos que se desempeñan como funcionarios de casilla el día de la Jornada Electoral. El esquema establecido desde 1991 se basa en una capacitación presencial y usando materiales impresos.
La capacitación la imparten los Capacitadores Asistentes Electorales, la cual puede ser de manera individual o grupal, y se lleva a cabo en los centros de capacitación electoral (fijo o itinerante), en el domicilio del ciudadano o bien en un espacio alterno propuesto por la propia persona y su duración es en promedio de dos horas.
Para su aprendizaje se utilizan una serie de materiales didácticos impresos que son elaborados por el INE, los cuales se diseñan pensando en la transmisión de conocimientos y en desarrollar en la persona las habilidades necesarias para el cumplimiento de sus funciones. Este esquema, por las atribuciones que la reforma electoral de 2014 le dio al INE, presentó para el Instituto nuevos escenarios.
En 2015, además de las elecciones federales, en 17 entidades se realizaron elecciones concurrentes en las que se eligieron autoridades locales y federales, por lo que el Instituto tuvo que capacitar a los funcionarios integrando en su preparación los elementos de la ley electoral federal con la local. Por tal motivo los materiales se hicieron más voluminosos y menos atractivos para su lectura.
En 2016, el INE, haciendo uso de las facultades que la Constitución y la LGIPE le otorgaron, asumió la integración de las casillas y la capacitación de los ciudadanos designados como funcionarios de casilla en las 14 entidades en las que se realizaron elecciones locales.
En ambos procesos electorales 2015-2016 el porcentaje de rechazo de ciudadanos insaculados a capacitarse ascendió a más del 60%, un promedio similar desde 1991, un reto que el INE debe asumir.
Ante este escenario, considero, se requiere replantearse el esquema de capacitación: transitar de uno totalmente presencial, con materiales impresos voluminosos y de una extensa duración, a otro que permita el auto aprendizaje en cualquier lugar, sea dinámico y de menor duración.
Para ello mi propuesta es el uso de la tecnología que permita capacitar de manera ágil y sencilla a quienes fueron insaculados y fungirán como funcionarios de casilla. Su uso debe estar encaminado a reducir la presencia del ciudadano en la capacitación, o bien a ser autodidacta, pero con las herramientas que nos permitan conocer la satisfactoria adquisición de conocimientos.
La herramienta tecnológica no debe ser sólo un repositorio de los Manuales, por el contrario, debe ser dinámica y que presente diversas situaciones que el ciudadano debe resolver (correcto llenado de actas, situaciones de toma de decisión en torno a problemáticas presentadas en la casilla, etc.)
Pero tampoco debemos dejar de lado los materiales impresos, pues existen muchas regiones en nuestro país que a pesar de los avances tecnológicos aún no pueden acceder a ellos o su uso les es complicado, por lo que se debe mejorar la didáctica de los Manuales de Capacitación y asegurar su entrega oportuna.
A la par de ello debemos darles la oportunidad de participar a los ciudadanos que por su mes de nacimiento y letra de primer apellido no han sido insaculados para ser funcionarios de casilla, por lo que se deben descartar los meses y letras que ya fueron sorteados en procesos anteriores.
*Consejero Electoral del INE/
Profesor UAM-I
@jsc_santiago
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Vía: La Crónica