2019-05-19
Nadie lo pone en duda, el Poder Legislativo es una de las instituciones de la República más cuestionadas y con baja credibilidad. Se tiene la percepción de que no se trabaja, aunque muchos sabemos que no es así, que detrás de cada iniciativa aprobada hay muchas reuniones de trabajo con actores involucrados, foros, análisis documental. Se suele pasar por alto que muchas de las inasistencias de los diputados y senadores generalmente están justificadas y documentadas.
Es por ello que la transparencia informativa, particularmente respecto del ejercicio de sus recursos presupuestales, resulta fundamental para reconstituir la confianza ciudadana en el Legislativo y sus quehaceres. Pero, también, es indispensable que en la actividad sustantiva del Congreso, la elaboración de las leyes, exista accesibilidad a través de mecanismos que proporcionen la información de cada paso del proceso legislativo.
En las dos entregas anteriores hemos revisado la oportunidad y calidad de la información que proporcionan en sus portales de internet el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Toca el turno a las dos cámaras del Congreso de la Unión.
El cumplimiento de las obligaciones genéricas que establece la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública (LGTAIP) para todo ente obligado, parece bien logrado en el Legislativo. Sin embargo, es de llamar la atención que se proporciona únicamente un listado de percepciones y apoyos económicos y no la remuneración bruta y neta de todos los servidores públicos de base o de confianza.
Respecto de obligaciones específicas, aplicables sólo al Legislativo, los recursos financieros que se entregan a los grupos parlamentarios continúan siendo un misterio. No es asunto menor, pues el uso discrecional de recursos económicos no sólo favorece la percepción de corrupción y dispendio, sino que se ha ubicado como una fuente de perversión de las propuestas políticas que en su oportunidad hicieron los legisladores a sus electores.
El tema se vincula con otro de particular importancia para justipreciar la dinámica legislativa. Son perceptibles numerosos vacíos en la información que se proporciona para intentar reconstruir todo el proceso legislativo por el que tuvo que pasar una iniciativa para convertirse en Ley. No se suelen hacer públicos con oportunidad los proyectos de dictamen a discusión.
En temas controversiales, por ejemplo, en la discusión del presupuesto o recientemente en la reforma educativa, legisladores de todos los grupos parlamentarios manifestaron que no conocían los términos del dictamen. Así, no se favorece un debate parlamentario de mayor amplitud y calidad y, mucho menos, el conocimiento ciudadano de sus términos.
Es verdad que, por lo que se refiere a la Cámara de Diputados, la mayoría de sus obligaciones específicas se encuentran actualizadas en la Gaceta Parlamentaria, con excepción de las versiones estenográficas y el diario de debates. Resulta muy sencillo encontrar la información, ya que se encuentra ordenada por año legislativo, por comisión, por órgano de gobierno, etc. Además, el portal cuenta con buscadores eficientes.
Por su parte, el Senado, también cuenta con una Gaceta Parlamentaria, si bien no tan dinámica como la de Diputados. La información se presenta por Legislatura y, de manera separada, las iniciativas, minutas, instrumentos internacionales y proposiciones, por lo que buscar un documento de éstos exige tener conocimiento de la Legislatura en que se aprobó.
A diferencia de la Cámara de Diputados, los micrositios de las comisiones senatoriales están homologados y resultan más completos y actualizados. Para comprobar lo anterior se hizo un ejercicio con el tema de la reforma educativa recientemente discutido en periodo extraordinario, y la Comisión de Educación cuenta tanto con la minuta como con el dictamen. Para conocer cómo se votó algún tema es necesario conocer el senador, la fecha y el rubro; en Diputados sigue siendo más sencillo, pues sólo es necesario identificar el año.
En la página de la Cámara de Diputados, no hay información específica sobre lo señalado en la fracción IX del artículo 70 de la LGTAIP, en relación con los gastos de representación y viáticos, así como el objeto e informe de comisión. El vacío de esta información se intenta subsanar con tablas que sólo contemplan la comisión u órgano, el número de viajes y el número de personas. Además de incompletas, dichas tablas sólo están actualizadas hasta febrero de 2018. De igual modo, las declaraciones patrimoniales de 2019 están desactualizadas e incompletas.
La página web de la Cámara de Senadores carece de organización respecto a las obligaciones de transparencia comunes. Al tratar de acceder a éstas, señaladas en el artículo 70, en algunas de las fracciones en automático descarga un documento de Excel sin especificar la fecha de información consultada. Hay que decir que toda la información consultada sólo está actualizada hasta 2018. Para el caso de las declaraciones patrimoniales, además de no estar actualizadas, el archivo descargado sólo muestra 23 declaraciones.
La provisión de información sencilla, clara y verificable puede y debe contribuir a una mejor interacción del Poder Legislativo con la sociedad, a desterrar mitos y la equivocada pretensión de evaluar el dinamismo legislativo con base en el simple dato del número de iniciativas presentadas y reformas legislativas aprobadas.
Sobre todo, debe articularse con el ostensible propósito de las actuales legislaturas de implementar el Parlamento Abierto. Reconocer la importancia de la transparencia y el acceso a la información como componente estratégico del trabajo legislativo, implica ir más allá del simple y llano cumplimiento formal de obligaciones legales, para procurar ofrecer a la población informaciones más oportunas y de mayor calidad para la construcción de una opinión sobre lo que se discute en el Congreso de la Unión y cómo se discute. Para el logro de un propósito así, queda mucho por hacer.
Profesor UAM-I
@jsc_santiago
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Vía: http://www.cronica.com.mx/notas/2019/1119713.html#.XOF3D8v5Lxo.twitter